El enriquecimiento ambiental es fundamental para el bienestar físico y emocional de los gatos, especialmente si viven en interiores o en espacios reducidos. Aquí os explicamos por qué:
1. Satisface sus instintos naturales
Los gatos necesitan cazar, explorar, trepar, rascar y esconderse. El enriquecimiento simula estos comportamientos y evita la frustración que aparece cuando no pueden expresarlos.
2. Previene problemas de conducta
El aburrimiento y la falta de estímulos pueden causar:
- Agresividad Marcaje con orina Ansiedad
- Lamido excesivo o comportamientos obsesivos
3. Reduce el estrés y mejora la salud emocional
Un entorno enriquecido les da seguridad, control sobre su espacio y reduce el estrés, especialmente importante en gatos enfermos, mayores o recién rescatados.
4. Favorece el ejercicio y evita la obesidad
Jugar y explorar los mantiene activos, lo cual es clave para prevenir enfermedades relacionadas con el sobrepeso.
5. Fomenta la socialización (cuando hay varios gatos)
Con recursos bien distribuidos y variados (juguetes, rascadores, escondites, zonas altas), se reducen los conflictos por territorio y mejora la convivencia.
Aquí os dejamos recomendaciones prácticas de juguetes y enriquecimiento ambiental para gatos, especialmente útiles:
Juguetes recomendados:
Interactivos (que simulan caza):
Varitas con plumas o cintas, ratones de peluche con catnip o con movimiento , bolas que se mueven solas ( eléctricas o de resorte)
De recompensa o inteligencia:
Alfombrillas olfativas (snuffle mats).
Juguetes tipo puzzle donde tienen que mover piezas para sacar comida. Pelotas dispensadoras de pienso o premios.
DIY (hechos en casa):
- Cajas de cartón con agujeros para meter patas.
- Rollos de papel higiénico con premios dentro.
- Botellas de plástico con agujeros para soltar snacks.
Enriquecimiento ambiental
Verticalidad:
- Estanterías, rascadores altos, puentes o estructuras para trepar.
- Árboles para gatos (torres).
Zonas de escondite y descanso:
- Cuevas, mantas, camas en zonas altas.
- Espacios cerrados tipo iglú o cajas forradas.
- Rascadores variados: De cartón, sisal, verticales y horizontales.
Ubicarlos en zonas de paso o cerca de donde duermen. Ventanas seguras:
Miradores con acceso visual al exterior. Siempre con redes o mallas para seguridad.
Rutinas y cambios controlados:
- Rotar juguetes cada semana para mantener el interés.
- Usar feromonas sintéticas (tipo Feliway) para reducir estrés.