

La alimentación es uno de los pilares fundamentales para garantizar la salud, energía y bienestar de tu gato. Sin embargo, elegir la mejor comida puede ser una tarea confusa ante la gran variedad de marcas, tipos y fórmulas disponibles. En este artículo te explicamos los aspectos más importantes que debes considerar para alimentar correctamente a tu felino.
Existen varios tipos de alimentos para gatos, cada uno con características, beneficios y usos específicos:
· Pienso seco (croquetas): Es práctico, económico y ayuda a mantener los dientes limpios, aunque puede tener menor contenido de agua.
· Comida húmeda: Aporta hidratación y suele ser más palatable, ideal para gatos exigentes o con poca sed.
· Dieta natural o BARF: Basada en alimentos crudos o cocidos naturales. Requiere supervisión veterinaria para asegurar un equilibrio nutricional adecuado.
· Comida mixta:Combina pienso seco y comida húmeda, aprovechando los beneficios de ambos tipos.
No todos los gatos tienen las mismas necesidades. Al seleccionar el alimento ideal, considera los siguientes factores:
· Edad: Los gatos cachorros, adultos y mayores tienen requerimientos nutricionales diferentes.
· Estado de salud: Gatos con alergias, sobrepeso o enfermedades renales necesitan dietas específicas.
· Nivel de actividad:Los gatos más activos necesitan más energía que los sedentarios.
· Estilo de vida:Un gato que vive dentro de casa quema menos calorías que uno que sale al exterior.
· Preferencias y tolerancia: Algunos gatos son más sensibles a ciertos ingredientes o sabores.
Leer la etiqueta es fundamental para asegurarte de que el alimento cumple con los estándares nutricionales. Presta atención a los siguientes puntos:
· Ingredientes: El primer ingrediente debe ser una fuente de proteína animal (pollo, pescado, carne).
· Aditivos y conservantes:Evita los alimentos con colorantes o conservantes artificiales.
· Garantía nutricional:Busca alimentos que cumplan con las normas AAFCO o FEDIAF, que aseguran un balance nutricional adecuado.
· Contenido de humedad:La comida húmeda suele tener entre 70-80% de agua; el pienso, menos del 10%.
· Mantén horarios fijos de alimentación.
· Asegúrate de que tu gato siempre tenga acceso a agua fresca.
· Si cambias de alimento, hazlo de forma gradual durante 7 a 10 días.
· Consulta siempre con tu veterinario antes de cambiar la dieta o probar una nueva marca.
Elegir la mejor comida para tu gato requiere observar, informarse y adaptar la dieta a sus necesidades individuales. Un gato bien alimentado tendrá más energía, mejor pelaje y una vida más larga y saludable. Tu veterinario siempre será tu mejor aliado para tomar la decisión correcta.
Aunque los gatos suelen ser vistos como animales independientes y reservados, quienes conviven con ellos saben que también pueden ser sensibles a los cambios en su entorno y en sus relaciones afectivas. Una de las emociones más debatidas en el mundo felino es el celo emocional o la envidia. Pero, ¿realmente los gatos sienten celos?
Sí, los gatos pueden experimentar comportamientos similares a los celos, aunque no de la misma manera consciente que los humanos. Los expertos en comportamiento felino explican que estas reacciones se originan principalmente por inseguridad, territorialidad o competencia por recursos y atención.
Cuando un gato percibe que alguien más —otro animal o persona— recibe más cuidado, juego o cariño, puede responder con actitudes destinadas a recuperar su posición o reafirmar su territorio.
· Cambios en el comportamiento: se muestra más distante o, por el contrario, más demandante de atención.
· Agresividad repentina hacia la persona o animal ‘rival’.
· Marcaje con orina o arañazos en lugares inusuales.
· Pérdida de apetito o cambios en los hábitos alimenticios.
· Vocalizaciones excesivas o comportamientos de ansiedad.
La clave está en mantener la seguridad emocional del gato y evitar que perciba a los nuevos miembros del hogar como una amenaza. Algunas estrategias útiles son:
· Repartir la atención equitativamente entre todos los animales o personas del hogar.
· Mantener rutinas de juego y alimentación regulares para reducir el estrés.
· Permitir que el gato tenga su propio espacio seguro y tranquilo.
· Reforzar los comportamientos positivos con premios o caricias.
· Introducir nuevos animales o personas gradualmente, sin forzar el contacto.
Los gatos sí pueden mostrar conductas asociadas a los celos, especialmente cuando sienten que su lugar en la familia está en riesgo. Observar, comprender y responder con empatía a estas señales es esencial para mantener un ambiente armonioso y feliz en el hogar.
Las alergias en gatos son más comunes de lo que muchos dueños piensan. Pueden ser causadas por alimentos, picaduras de pulgas, productos químicos, polen o incluso polvo. Reconocer los síntomas a tiempo y aplicar el tratamiento adecuado es fundamental para mantener la salud y el bienestar de tu felino.
Los síntomas de las alergias felinas pueden variar según el tipo de alérgeno y la sensibilidad del gato. Algunos de los signos más comunes incluyen:
• Picazón excesiva o rascado constante.
• Enrojecimiento o irritación de la piel.
• Caída de pelo o zonas calvas.
• Lamido compulsivo, especialmente en patas o abdomen.
• Tos, estornudos o dificultad para respirar.
• Ojos llorosos o inflamados.
• Vómitos o diarrea (si la alergia es alimentaria).
1. Alergias alimentarias: causadas por ingredientes específicos del pienso o alimentos caseros.
2. Alergias ambientales: provocadas por polvo, moho, polen o productos de limpieza.
3. Alergia a las picaduras de pulgas: una sola picadura puede causar una fuerte reacción alérgica.
4. Alergia por contacto: debido a materiales o productos con los que el gato entra en contacto, como champús o tejidos.
El diagnóstico debe realizarlo un veterinario mediante observación clínica y pruebas específicas. Estas pueden incluir análisis de sangre, dietas de eliminación (para alergias alimentarias) o pruebas cutáneas. Es importante no automedicar al gato ni cambiar su dieta sin la supervisión de un profesional.
El tratamiento dependerá del tipo de alergia y su causa. Algunos de los enfoques más comunes son:
• Control ambiental: mantener el hogar limpio, reducir el polvo y evitar aerosoles fuertes.
• Dieta hipoalergénica: cambiar gradualmente a un pienso o alimento formulado para gatos sensibles.
• Tratamiento antipulgas regular: fundamental para prevenir alergias por picaduras.
• Medicamentos: el veterinario puede recetar antihistamínicos, corticoides o inmunoterapia.
• Baños medicados: ayudan a aliviar la picazón y eliminar alérgenos de la piel.
La prevención de las alergias felinas se basa en la observación y los buenos hábitos de cuidado. Cepilla a tu gato con regularidad, evita cambios bruscos en su alimentación, y mantén su entorno libre de polvo y pulgas. Si notas signos de alergia, acude al veterinario lo antes posible para evitar complicaciones mayores.
Las alergias en gatos pueden afectar seriamente su calidad de vida, pero con diagnóstico temprano y tratamiento adecuado, la mayoría de los gatos alérgicos pueden llevar una vida completamente normal y feliz.
Los gatos son animales independientes, curiosos y muchas veces discretos cuando se trata de mostrar malestar. Por ello, el papel del veterinario es fundamental para mantener su salud y detectar a tiempo cualquier problema. El veterinario no solo atiende enfermedades, sino que también cumple una función preventiva, educativa y de acompañamiento para garantizar una vida larga y saludable a nuestros felinos.
Aunque los gatos parezcan autosuficientes, necesitan revisiones veterinarias regulares. El veterinario puede identificar signos sutiles de enfermedades que a menudo pasan inadvertidos para los dueños. Además, orienta sobre alimentación, vacunación, desparasitación, salud dental y comportamiento, todo lo cual influye directamente en la calidad de vida del gato.
Se recomienda llevar al gato al veterinario al menos una vez al año para un chequeo general, aunque los gatos mayores o con enfermedades crónicas deben acudir con mayor frecuencia. También es importante consultar al veterinario si se observan los siguientes signos:
- Pérdida de apetito o sed excesiva
- Cambios en el peso o la actividad
- Dificultad para orinar o defecar
- Estornudos, tos o dificultad para respirar
- Vómitos o diarrea frecuentes
- Cojera o letargo
- Cambios de comportamiento, como agresividad o aislamiento
Las visitas veterinarias regulares permiten prevenir enfermedades y detectar problemas en fases tempranas. El veterinario es el único profesional capacitado para realizar exámenes clínicos, aplicar vacunas, prescribir tratamientos seguros y ofrecer recomendaciones personalizadas según la edad, raza y estilo de vida del gato. Además, un seguimiento veterinario constante ayuda a reducir el estrés del animal al familiarizarlo con las revisiones.
El veterinario es un aliado indispensable para el bienestar de los gatos. Acudir a él de manera preventiva, y no solo cuando el gato está enfermo, es clave para garantizar su salud y longevidad. Cuidar de un gato implica también asegurarse de que reciba la atención profesional que necesita en cada etapa de su vida.